Volvió ese sentimiento que me hace estremecer, que me hace sentir viva, o quizás no tanto. Es tan poderoso que tanto como me aviva también puede destruirme con facilidad. Me siento tan vulnerable frente a él, que a veces sólo puedo llorar por la indiferencia que me hace sentir. Espero oportunidades, todo el tiempo; dicen que hay que salir a buscarlas, pero no tengo resultados fructíferos que lo prueben. A veces nunca llegan, y eso es lo que más duele además del rechazo. Porque ser rechazado definitivamente duele, pero que nunca te lo digan, eso duele más. Así que voy a permanecer quieta , esperando a que las verdaderas oportunidades llegen a mi, no voy a ir a buscarlas más. Llega un momento en que soy inmutable y no siento nada. Sólo un vacío que aumenta con el correr del tiempo. Pueden pasarme cosas buenas, pero las malas pueden más. Pueden hacerte una herida que nunca va a sanar, o dejarte una cicatriz que permanecerá por el resto de tus dias en tu piel.

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