Y sentía como la infelicidad se acercaba. Cómo estas cuatro paredes que me rodean se abalanzan sobre mí, sin piedad. Otra vez esta oscuridad devorándome. Notaba cómo cada sentimiento se iba desvaneciendo, quedando sin vida, cómo cada espacio de luz en mi alma desaparecía. Esa esperanza que se transformaba en melancolía, ese pedacito de fe que después no era más que un vacío en mi corazón. Esa fuerza que siempre tenía para salir adelante hoy ya no está, porque en esto estoy sola, solo yo puedo salir de esto. De la completa oscuridad; vos eras ‘mi luz en el camino’ y ahora que no estás, ¿Quién me va a guiar por este camino? ¿Ahora quién va a ser esa persona que con solo ver sonreír sacudía mi mundo y su mirada me inundaba de una inmensa paz? Ya no sé quien, pero lo que si sé es que como vos no hay, como vos, no existen. Ahora, me llenaste de desilusión y desesperanza, sentí que confié en la misma nada, y que solo mi tiempo gasté. Miles de lágrimas derramé para que estés acá, y cuando al fin estuviste, en ese mismo instante te fuiste. Sin explicación desapareciste como el sol que me alumbraba, como el aire más puro y sincero que respiraba.
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