La tormenta no para, sigue construyendo mentiras, que compensan todas tus carencias. No hace ninguna diferencia, escapar una última vez. Es fácil creer en esta dulce locura, esta gloriosa tristeza, que me pone de rodillas. En los brazos de un ángel, vuela lejos de aquí, de este oscuro y frío cuarto de hotel, y el infinito que sientes. Estoy en los brazos de un ángel, ojalá encuentre consuelo aquí...

1 comentario:

Car dijo...

Me encantó :) Y sobre tú comentario, de eso se trata... de disfrutarlo. Ya corrí mucho, ahora quiero disfrutar cuando esté con él. Que suerte que te sentiste identificada, cada tanto mi locura no está mal. JAJA.
Te sigo, de one. Besotes